Enséñales a los niños el valor de tener y cumplir estos propósitos
Al final del año, nos planteamos propósitos para el año próximo, pero muchas veces esos propósitos se quedan en palabras y no se reflejan en acciones. Enseñemos a nuestros hijos la importancia de tener esos propósitos y también de cumplirlos.
Plantearnos nuevos propósitos es una buena oportunidad para mejorar nuestras condiciones y ser más feliz, y aunque se puede hacer cuando uno tenga la voluntad, el inicio de año suele ser un buen momento por lo que representa culturalmente, como el inicio de un nuevo ciclo.
Un propósito es una intención de hacer algo para mejorar algún aspecto de nuestra vida. En el caso de los pequeños, puede ser mejor las calificaciones de alguna materia, practicar algún deporte o iniciarse en el hábito de la lectura.
Establecer propósitos es fácil, sólo hay que responder esto: “¿Qué es lo que quiero cambiar de mi vida?”, “¿Para qué quiero cambiarlo?” y “¿Cómo puedo cambiarlo?”
Con estas tres preguntas, conocerás tu meta, conocerán el objetivo real de cambiar de hábitos o generar nuevos, y tendrán una buena idea de lo que necesitan hacer. Para que lo logren, necesitan de tu apoyo. Para muchos de los nuevos hábitos, hay que ser constantes. Puedes recordarles cada semana, cada quincena o cada mes, y medir sus avances. También se pueden poner algunas metas y si se cumplen, puedes premiarlos. No es recomendable hacer castigos (incluso castigos como lavar los platos o sacar la basura) porque podrían vincular el propósito con una experiencia negativa, y en vez de reforzar el nuevo hábito, tratarán de evitar el generar nuevos propósitos.
¿Cuáles son los propósitos de año nuevo de tus hijos? ¿Y los tuyos? Nos gustaría conocerlos.
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