Quizá tu hijo está desesperado por contarte una vez más lo que haría en un apocalipsis zombi, o por preguntarte si prefieres pizza o pasta infinitas. Tal vez está tan ansioso que comienza a hablar mientras tú estás hablando con alguien o haciendo alguna actividad que requiera tu atención, o sin siquiera consultar si es un buen momento para platicar. ¡No lo permitas!
Sabemos que harías cualquier cosa por tu pequeño, pero es importante que reserves ese "cualquier cosa" para los momentos de gravedad o urgencia. En cambio, si le permites que te interrumpa cada vez, le estás transmitiendo la idea de que él es el centro del universo y que su opinión o ideas no sólo merecen sino que DEBEN ser escuchadas por todos en el momento en que él quiera, y también le estás diciendo que no pasa nada si no toma en consideración a los demás, que los demás no son importantes, sólo él.
Crecerá pensando que tiene el derecho de recibir la atención de todos, y cuando no sea así, se sentirá frustrado y puede incluso generar rencor contra los demás, o afectar gravemente su autoestima.
¿Cómo evitarlo?
Lo mejor es adelantarse a la situación. Si te va a visitar una amiga o vas a llamar por teléfono o ver una película, dile a tu hijo que cuando llegue el momento, él no debe interrumpir, incluso podría ser necesario que le indiques que no tiene permitido participar en la conversación (hay conversaciones de adultos donde los niños pueden tomar parte, y hay otras en las que no pueden ni deben) o estar presente mientras ves la película.
Si pese a todo te interrumpe, señala una silla o mueble similar, dile que se siente en silencio y que espere ahí a que termines (si es una película o una plática larga, tendrás que hacer una pausa en el momento oportuno). Al terminar tu actividad (o en la pausa), acércate a él y hazle saber que no debe interrumpirte porque no va a obtener nada cuando interrumpa, porque hacerlo es una falta de respeto.
¿Y si es importante o urgente?
Todo lo anterior no aplica en caso de emergencia. Si tu hijo se hace daño o algo importante ocurre, él debe saber que sí puede informarte.
Lo importante es que te tomes el tiempo necesario para platicar con él sobre el significado de una emergencia. Tu pequeño debe entender que respetar el tiempo de los demás e identificar las situaciones de emergencia, son igualmente importante. Dale algunos ejemplos:
- ¿Te has hecho daño con algo? Es urgente y debes avisarme.
- ¿Se te antoja un postre? No es urgente y puedes esperar.
- ¿La televisión no enciende? No es urgente, puedes jugar o leer.
- ¿Necesitas algo para la tarea de mañana? Es urgente y debes decirme de inmediato.
No le puedes dar todas las posibilidades, es imposible, pero una guía similar a éste, le ayudará a aprender a diferenciar entre lo urgente y lo que no lo es. Y para darle más seguridad, dile esto:
- Si algo pasa y no sabes si es urgente o no, acércate y toca la puerta (aunque esté abierta). Así, sabré que necesitas preguntarme algo.
Con esto, tu hijo irá aprendiendo a respetar tu tiempo personal y a diferencias entre las cosas que requieren tu atención inmediata y las que pueden esperar a un momento más adecuado.
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