Los niños se chupan el dedo como un acto reflejo y como un método de darse satisfacción a sí mismos, distraerse o relajarse y dormir. Es algo natural, pero puede resultar dañino porque su manita acumula bacterias que, al entrar a su sistema, pueden enfermarlo.
Sin embargo, si esta costumbre se mantiene después de los 4 ó 5 años, es urgente tomar acciones para que desaparezca. Con el chupón no hay problema, basta con retirárselo, pero el dedo está siempre presente.
Efectos nocivos de chuparse el dedo
Además de las enfermedades causadas por bacterias, el hábito de chuparse el dedo puede desencadenar otros problemas para el niño:
Dientes chuecos
Problemas de dicción
Alteraciones en los dedos
Trastornos emocionales y de conducta
¿Cómo quitar este hábito?
Chuparse el dedo debe considerarse un problema de conducta, y como todos los problemas de esta clase, deben buscarse sus causas. Observa a tu hijo y determina qué es lo que lo lleva a chuparse el dedo. Lo más común, y cómo resolverlo, es:
Para conciliar el sueño. Si tu pequeño se chupa el dedo para poder dormir, necesitas cambiarle el estímulo reconfortante y relajante. Normalmente, un muñeco de peluche o una cobijita con el olor de su mamá, le ayudará a sentirse tranquilo y dormir mejor.
Para calmar la ansiedad. Una forma más eficaz y sin consecuencias negativas para calmar la ansiedad de los pequeños, es sentarte con ellos a platicar, abrazarlos o darles una pequeña caricia. Esto lo hará sentirse seguro y tranquilo.
Para contrarrestar el aburrimiento. Que chuparse el dedo no se convierta en un juego ni en parte de él. Dale actividades divertidas que lo distraigan y que lo hagan usar sus manitas, para que no recurra a ellas mientras juega.
Si ya es mayor
Si tu hijo ya tiene 4 ó 5 años, ya entiende todo lo que le dices. En estos casos, lo mejor es hablar con él y explicarle con claridad y sencillez, pero también con seriedad, los efectos negativos que tiene para él este hábido. Si logra comprenderlo, es seguro que dejará de hacerlo.
Pero para que esto funcione, se deben evitar los regaños, las burlas y los castigos. Es mejor usar refuerzos positivos, como hacer una tabla de logros y celebrar con un postre o un premio especial (de preferencia no un juguete costoso) cuando logre ciertos méritos, como pasar un día completo sin hacerlo, después una semana, etcétera.
Lo anterior puede reforzarse si atas una pequeña cinta en sus dedos, o le pones una bandita. Esto le recordará que no debe llevarse el dedo a la boca, y lo evitará cuando esté a punto de hacerlo.
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