Es un día normal, todo va como de costumbre, y de pronto cachas a tu hijo diciendo una mentira. Nada terrible, una mentira inocente, simple, aparentemente sin importancia pero la mentira es evidente.
La primera mentira de un niño puede ocurrir entre los 4 y los 5 años, aunque a veces se adelantan o se atrasan un poco. A esta edad, los niños no pueden diferenciar bien entre la fantasía y la realidad. Estas primeras mentiras suelen ser afirmaciones de algo que vieron en la tele o que imaginaron, y que para ellos realmente pudo haber ocurrido.
Las mentiras y el desarrollo cognitivo
Cuando un niño miente o mantiene algo en secreto, está poniendo a prueba la idea de que su pensamiento y el de los demás es distinto. Esto es un paso enorme en su desarrollo intelectual, pues le permite darse cuenta de que hay cosas que él sabe y los demás no, o que alguien sabe y él no.
A partir de ese momento, tomará en cuenta a los demás cuando hable, lo que le permitirá superar la etapa de egocentrismo típica de los niños pequeños. Claro que para eso necesita de una buena guía, la orientación necesaria para comprender que a los demás no les gusta que les mientan, sí, pero también para que él aprenda a distinguir entre una fantasía, una mentira y la realidad.
Mentiras o fantasías
Pero también tú debes diferenciar entre las fantasías y las mentiras de tu hijo. No es lo mismo que te diga que su peluche le contó un secreto a que te cuente algo falso para evitar ser regañado (como decir que un señor fue quien se comió las galletas y no él).
Lo más importante es no llamarle "mentiroso", pero sí dejarle en claro que las mentiras no son bonitas y que no está bien que las diga.
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