No es malo ceder a un antojo entre comidas, siempre y cuando se trate de algo saludable, o no sea un sustituto de las comidas principales.
Un bocadillo a media tarde, entre la comida y la cena, incluso ayuda a aumentar el apetito y a mejorar la alimentación del niño. Aunque siempre nos han dicho que debemos hacer tres comidas al día, es mejor hacer cinco: tres comidas importantes (desayuno, comida, cena) y dos refrigerios ligeros entre ellas.
Beneficios de los refrigerios
- Evita que nos sintamos hambrientos
- Evita que estemos de mal humor
- Evita que las comidas principales sean muy pesadas (previene el sobrepeso)
En otras palabras, la cantidad de alimentos diarios que repartes en tres comidas, ahora los debes repartir en 5.
¡No a la chatarra!
La comida chatarra nunca debe considerarse como una colación. Estos productos nos aportan una cantidad mayor de azúcar, de carbohidratos y de grasas que no necesitamos pues ya los hemos adquirido en las comidas normales.
Los productos chatarra nos harán sentirnos satisfechos por algunas horas, evitando que consumamos los nutrientes que sí necesitamos, como vitaminas y minerales.
Colación perfecta
La colación perfecta debe considerar el Plato del Buen Comer. Idealmente, debe contener en primer lugar frutas y verduras, también una cantidad moderada de cereales y leguminosas, y en menor cantidad, alimentos de origen animal (que ya deben haber aparecido en las comidas importantes).
Indicaciones
- Porciones pequeñas
- Baja en grasas, azúcar y sal
- Comer la colación al sentir hambre, no sólo porque está ahí
- No comer por aburrimiento
- Las comidas principales deben ser a la misma hora para acostumbrar al cuerpo
- Evitar los dulces; mejor una gelatina o una fruta
- Evitar las papas fritas y similares, mejor una quesadilla, un pan con jalea o un taco de frijoles
Jícamas con chile, fresas con limón o pan integral con poquita mermelada, es suficiente para controlar el hambre de media tarde.
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