Una siesta no es una pérdida de tiempo, tampoco una forma de postergar las obligaciones, ni siquiera una forma de expresar la flojera.
El Allergheny College de Pennsylvania (EE.UU.), la Universidad de Regensburg, Alemania y la NASA, coinciden en que una siesta de unos 26 minutos, o incluso de 45 a 60 minutos tras una jornada laboral especialmente intensa, mejora la capacidad de concentración, atención y reacción durante las actividades laborales. Un descanso a media tarde aumentará el rendimiento y la productividad hasta en un 34%.
Estos descansos también favorecen la actividad cerebral superior (al dormir, el cerebro aprende, pues durante el sueño asimila la información recibida durante las últimas horas) y elimina el estrés.
¿Hora de la siesta?
La mejor hora para tomar una siesta es después de la comida. Aunque hay quien atribuye la somnolencia que se experimenta a esta hora a los propios alimentos, los especialistas insisten en que esta somnolencia es un aviso natural de que el cuerpo necesita un tiempo para descansar.
Otras ventajas de la siesta son la reducción de la presión arterial y de problemas cardiovasculares.
Una buena siesta
Para lograr una siesta reparadora, es necesario reposar en silencio, sin interrupciones, con los dispositivos apagados y con la menor luz posible.
La siesta en un sillón es mejor que en la cama, pues ésta nos predispone a un sueño prolongado.
Contraindicaciones
Las siestas no le hacen mal a nadie, pero las personas que suelen padecer insomnio deben evitarlas para que su ciclo de sueño no se vea alterado fácilmente.
¿Tú acostumbras tomar una siesta?
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